jueves, 30 de septiembre de 2010

Llegas tarde y sin alma, con un hilito de voz que se quiebra de tanta mentira que pesa en tu boca, de una boca que a veces me quiere y a veces me odia. Y comienza el desafío de que te marches y me dejes sola, y te juro que he tratado de entenderte pero tu orgullo es quien enciende mi rabia; maldito sea tu escudo, maldita mi calma, malditas sean las palabras que acompañan las dudas. Las veces que has llorado y los recuerdos que por miedo has borrado; ahora cuando cambia el aire, cuando al despertarme ya no me duele por dentro, ahora que te quema el cuerpo de todas las heridas que dejaste, ahora puedes llorar y llenar un mar en soledad o tratar de hacer girar atrás el tiempo, deshacer entero el universo o quemar los versos que te dije alguna vez. Tu ausencia se me fue desgastando de amanecer sin ti, sin tenerle miedo a la tormenta, a esa que te inventas y que me dejas en el alma. Puedes vivir dejando todo en el olvido o cubrir con tu destino la locura como sobrevive tu ternura cuando te desnudas y te entregas en silencio. Cuántas veces me abracé con el viento de amanecer sin ti sin tenerle miedo a la tormenta a esa que te inventas y que me dejas en el alma por un desafío... Vuelves pero escondes la mirada por si tus ojos desvelan los secretos que callas y que sueltas cuando llega la noche. Mi dilema no es la sombra que te espera, mi reto es luchar contra la pena que me queda con los sueños que has borrado.
Ahora cuando cambia el aire al despertarme ya no duele por dentro, ahora que te quema el cuerpo de todas las heridas que dejaste, ahora puedes llorar y llenar un mar en soledad....

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